EL EXILIO ENVENENADO DE UNA PERIODISTA RUSA - AGENCIA MEXICANA DE PRENSA

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miércoles, 16 de agosto de 2023

EL EXILIO ENVENENADO DE UNA PERIODISTA RUSA

El exilio envenenado de una periodista rusa: "No te van a detener, te van a matar"


Tres periodistas rusas críticas con el Kremlin denuncian que han sido envenenadas en el exilio


Periodista Rusa Envenenada

Fuente: Xavier Colas | El Mundo


Tres periodistas rusas críticas con el Kremlin han sido presuntamente envenenadas en Alemania, la República Checa y Georgia en los últimos doce meses. Una de ellas es Elena Kostyuchenko, enviada especial de 'Novaya Gazeta' y 'Meduza'. En octubre de 2022 fue intoxicada en Múnich. "No tengo una teoría sobre lo que ha sucedido, pero por lo menos mi energía ha regresado parcialmente, aunque sólo puedo trabajar tres horas seguidas, me canso muy pronto", explica a EL MUNDO desde su exilio en un país que prefiere no desvelar. Allí prepara el lanzamiento de su libro en varios idiomas.


Cree que fue envenenada tras exiliarse en Alemania, un lugar que consideraba seguro para los rusos. "Ya no creo que lo sea, en Rusia pensamos que Europa es un paraíso, pero en el continente suceden asesinatos políticos, operan los servicios secretos". Su caso ha coincidido en el tiempo con el de Irina Babloyan, que trabajaba para 'Eco de Moscú' y fue envenenada en Tbilisi. Y en mayo de este año, Natalia Arno, presidenta de la Fundación Rusa Libre, también presentó síntomas de envenenamiento.


Kostyuchenko está considerada una de las periodistas más valientes de Rusia. Cuando comenzó la invasión a gran escala, fue a Ucrania para cubrir la guerra para 'Novaya Gazeta'. Allí documentó los crímenes de guerra que el ejército ruso cometió contra la población civil.


En Ucrania había pasado por todo tipo de situaciones de riesgo. Llegó a cruzar varias veces la línea del frente. Pero fue a finales de marzo, justo antes de viajar a Mariupol, cuando sintió el verdadero peligro. Desde el periódico la alertaron de que estaba en el radar del gobierno ruso: "Saben que vas a Mariupol y me dicen que se ha ordenado a los hombres de [Ramzan] Kadyrov que te encuentren. No te van a detener. Te van a matar. Ya está todo organizado".


El director de 'Novaya Gazeta', Dimitri Muratov, le dio órdenes directas de abandonar Ucrania y no volver a Rusia. Decidió mudarse un tiempo a Alemania. Allí mientras gestionaba un nuevo visado para ir a Ucrania en el futuro y su próximo viaje a Irán se empezó a sentir mal: "tenía sudores", además de confusión mental, y "un fuerte olor corporal". Una mañana despertó con un fuerte dolor en el abdomen: "La habitación parecía estar dando vueltas a mi alrededor, y me daban más náuseas al moverme. Me las arreglé para caminar hasta el baño y vomité". Se le hinchó el cuerpo, había sangre en la orina. Los médicos empezaron a asustarse con los disparatados resultados de los análisis de sangre.


Probó con un doctor de confianza recomendado por periodistas de Moscú: "¿Existe la posibilidad de que hayas sido envenenada?", preguntó tras ver los resultados de las nuevas pruebas. "En el tiempo que trabajé en 'Novaya Gazeta', cuatro de nuestros empleados fueron asesinados. Pero no me consideraba tan importante".


Habló con la policía alemana. "Mi apartamento y mis pertenencias fueron revisadas con detectores de radiación. Me quitaron la ropa que había usado. La policía examinó la seguridad de mi apartamento".


El 2 de mayo, una carta de la oficina del fiscal de Berlín le informó que el caso abierto en relación con su intento de asesinato había sido cerrado. Los detectives no pudieron establecer "ningún indicio" de que hubiera sido envenenada, ya que "los análisis de sangre disponibles no apuntan claramente al envenenamiento". Pero otros médicos consultados por el medio ruso 'The Insider' dijeron que la causa más probable de mis síntomas era el envenenamiento con un compuesto orgánico. Así es como se reabrió el caso.


Los periodistas rusos Roman Dobrojotov y Christo Grozev llevaban tiempo investigando una serie de envenenamientos en Europa. Las víctimas son todas periodistas rusas. Cuando vieron que Kostyuchenko llevaba un tiempo sin publicar, decidieron ponerse en contacto con ella.