Ahora México, no sólo tiene que lidiar con un estado fallido en materia de seguridad pública, producto tanto de administraciones anteriores como de ésta, que actualmente parece que ha dado una tregua indefinida bajo el eslogan de: Abrazos, no balazos.
Hoy, México, ha comenzado a vivir un estado de terrorismo, producto de la ligereza en la aplicación de las leyes, el libertinaje permisible a ciertos sectores y el azuzamiento a personas sin causa justa, quienes consideran que sus derechos están por encima de los derechos de los demás.
Pasamos del ejercicio de la libertad de protesta y expresión, al caos sin sensibilidad social, dónde afectar y arrastrar a otros ciudadanos, igual de vulnerables y negociar con su seguridad e integridad, se ha vuelto la moneda de cambio para miles.
Carros bomba, seudo manifestaciones que secuestran carreteras sin importar si alguien muere por el bloqueo, secuestro de personas, explosivos entregados o arrojados, amenazas con daño a escuelas y menores, ataques a centros dónde se concentran civiles, secuestro entero de comunidades.... ESO ES TERRORISMO.
Y lo peor, es que este terrorismo, no es ejercido por ningún grupo criminal organizado, es ejercido por ciudadanos contra ciudadanos, quienes en aras de obtener algo, afectan directamente la seguridad e integridad de otros, incluso, son capaces de lastimar a otros, con el objetivo de obtener un resultado de una demanda social, cualquiera que está sea.
Lo más grave, el estado fallido, sigue, desde hace sexenios, sin poder garantizar a nadie, nada... Aún con secuestros, amenazas o bloqueos, el estado sigue siendo incapaz de aportar soluciones a demandas sociales en todo lo largo y ancho de la nación.
Triste que desde hace 80 años, la ciudadanÃa entrega el poder a supuestos nuevos mandatarios, quienes ofrecen soluciones que nunca llegan, pasamos por cambios dando la oportunidad a panistas, perredistas, verdes y ahora morenistas y el resultado, más allá de sus discursos, siempre es el mismo, y el pueblo, sigue jodido en todo aspecto.
La corrupción, el mal gobierno, la inseguridad, la falta de empleo, el nulo desarrollo, la falta de servicios, la salud pública, innegablemente van de mal en peor desde hace 80 años y queda claro, que no se acaban con un discurso en el cual, con solo pronunciar que ya se acabó con la corrupción, ésta desaparece cuál conjuro.
México ha estado y sigue de luto, ahora no solo bajo el yugo de la inseguridad, pobreza y corrupción, hoy, los mexicanos, tenemos que comenzar a vivir y aprender a convivir con un NEOTERRORISMO que afecte a quien afecte, es indiferente a las prioridades del estado.