** ÍNDICE POLÍTICO
/ FRANCISCO RODRÍGUEZ /
FUENTE: BILLIE PARKER NOTICIAS
Y qué tal si, con el pretexto de que el ferrocarril transoceánico –Salina Cruz-Coatzacoalcos– es estratégico para sus intereses, ¿los estadounidenses promueven la separación del sureste mexicano?
Recuerde usted que, con la ayuda del ejército más poderoso del mundo, Panamá consiguió separarse de Colombia en 1903.
¿Será que ahora, con las armas de los poderosos carteles delincuenciales –“administrados” por la DEA– y que son similares en número de elementos a los de nuestras Fuerzas Armadas, el sureste se separa de la República?
Hasta inicios del siglo XX los panameños resintieron el abandono de Colombia.
Igual ha sucedido con Chiapas –que se anexó a México en 1824–, Oaxaca y Yucatán, entidad esta última en donde los ánimos separatistas no menguan ante la falta de atención de éste y los anteriores gobiernos federales.
Excepto Tabasco y Campeche, que se beneficiaron en cierta medida por el desarrollo de la ya apagada industria petrolera, lo mismo que Quintana Roo, gracias a sus bellezas naturales mayoritariamente explotadas en hotelería por extranjeros, el resto del sureste nunca ha recibido la atención de la que sí han disfrutado las regiones del norte, el Bajío y el Altiplano del territorio.
Y ese abandono ancestral del Estado mexicano ha abierto las puertas para que ahora mismo ahí se estén enraizando los cárteles de la droga, principalmente el sinaloense y el jalisciense, hoy en abierta pugna con lamentables consecuencias para la seguridad personal y jurídica de los habitantes.
Cierre de comercios. Toque de queda virtual. Asesinatos por doquier.
¿Es esa la razón por la cual los chiapanecos aplauden el arribo de los sicarios del cártel al que consideran más fuerte y apenas un poco menos sanguinario que el rival?
Enviar a las tropas a tapar el pozo cuando el niño ya se ahogó, como hizo apenas Andrés Manuel López Obrador, no es suficiente.
Los programas sociales sólo han paliado el conflicto cotidiano de cientos de miles de familias que viven en pobreza extrema.
Faltan inversiones federales para crear obras de infraestructura que, además, creen empleos y, ya construidas, atraigan a empresarios para que también creen fuentes permanentes de empleo.
Si por una razón se pospuso durante décadas y décadas la construcción del ferrocarril Interoceánico en el Istmo de Tehuantepec fue por la experiencia colombiana-panameña.
Su realización, finalmente, se ha dado en los peores tiempos: los de un gobierno débil e ineficaz en manos de un “caudillo” populachero y aparentemente todopoderoso.
Y es que, además de las razones económicas, de abandono a lo que los colombianos sometían al Istmo de Panamá, fue decisivo el hecho que los norteamericanos vislumbraran la importantísima posición geográfica y sus deseos por construir el Canal de Panamá.
Ayer los norteamericanos mostraron su interés en la construcción del Canal de Panamá.
Hoy están al pendiente de que China, su némesis, no aproveche la nueva obra y, desde el punto de vista del escribidor, aprovechan la ausencia de Estado de Derecho en el sureste mexicano para crear las condiciones que le permitan aprovechar sólo para ellos la obra ya construida… y, como sucedió en Panamá, crear en el sureste varias bases militares.
¡Cuidado!
AMLO bien podría pasar a la Historia no como él quisiera…
… sino quien inició la desintegración del Pacto Federal mexicano…
… entretenido como sólo está en lo electoral…
… para que se preserve su “trascendental” legado.